Además del deplorable estado de los hospitales públicos bonaerenses, la falta de personal y las malas condiciones de trabajo, también padecemos, al mes de octubre, la negativa del gobierno a negociar las paritarias del año en curso.
Cuando se impone el ajuste económico que diseñan los economistas de un gobierno siempre lo paga la clase trabajadora, afectando en lo social también a la salud pública, hecho que limita aún más el derecho a la salud. Esta historia, que es repetida en nuestro país, se debe a que durante décadas no se han generado recursos económicos suficientes ya que no se crearon mecanismos políticos para establecer una matriz productiva suficiente y estable.
Las fórmulas economicistas inventadas por técnicos no solucionan la falta de inversión. Los países desarrollados de occidente y de oriente protegen sus economías con barreras arancelarias que defienden a sus pueblos. Actualmente, y como un hecho insólito, en Argentina se promociona el libre mercado, que en realidad no hace más que empobrecernos. El impacto de estas medidas retrógradas no deja de afectar a la salud pública, que está literalmente destruida y apenas funcionando con un modelo fragmentado de organización irracional y que deja a las personas enfermas a la deriva. Los sectores más vulnerables, los más necesitados, reciben el impacto más negativo, mientras los sectores de mejores recursos monetarios son los que podrán salir a comprar la salud.
Ya hemos tenido que tolerar el hostigamiento de estas políticas economicistas liberales que solo benefician a una minoría de nuestra sociedad. Los recortes presupuestarios que atienden los derechos sociales afectan directamente a la mayoría, porque los ajustes provocan centros de salud deteriorados, mal equipados, sucios y con personal insuficiente para atender al sector del pueblo que más sufre. Es sabido que el derecho a la salud se brinda y se asegura solo con el acceso concreto, y no con frases estériles como las que emiten los funcionarios serviles a estas políticas de empobrecimiento en estos últimos tiempos. Ellos son los responsables del mal funcionamiento de los establecimientos.
En estos días, la ONU, a través de su Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, comenzó a trabajar en una recomendación para que la Argentina evite un mayor deterioro social, producto de los recortes producidos por este gobierno. Cabe recordar que nuestro país, junto a los otros 169 países miembros, adhiere y debe dar cumplimiento a estas recomendaciones, que tienen rango constitucional.
¿Qué lleva a las personas a pensar y a tomar estas crueles medidas?
Seguramente la insensibilidad y la indolencia. En definitiva, es un problema moral. Ajustar plata por vida es lo que hacen. No existe un tecnicismo para justificar esto.
Estos funcionarios, que hoy son los patrones, no quieren sentarse con nuestra organización sindical para dialogar y mucho menos para negociar paritariamente la recomposición salarial, cuestión que sigue generando una pérdida del poder adquisitivo de nuestros salarios. Tampoco quieren acceder a mejorar las condiciones de trabajo.
Desde este colectivo de trabajadores médicos los queremos invitar, una vez más, a que nos convoquen a la negociación paritaria del sector público y de esta manera evitar que se siga obligando a nuestros colegas a buscar mejores salarios en otros subsectores, con la terrible consecuencia del vaciamiento de trabajadores médicos del sector estatal.
En definitiva, estas políticas generan un mayor castigo para la población bonaerense más pobre, que busca en estos hospitales públicos solucionar sus problemas de salud.
Secretaría de Prensa Seccionales de Buenos Aires Sindicato Médico AMRA