Un colega médico que trabaja en un sanatorio de la ciudad de San Miguel de Tucumán fue brutalmente agredido el pasado domingo por los familiares de un paciente que falleció en una unidad de terapia intensiva.

Además de agredir a este trabajador médico, destrozaron parte de la sala de terapia intensiva y dejaron desprotegidos a los pacientes allí internados durante una hora y media, poniendo en total riesgo la vida de estas personas. Estamos, por supuesto, ante otro acto de injusticia.

 

Este es un hecho más de los que cotidianamente deben soportar los profesionales médicos cuando realizan su trabajo en los distintos ámbitos de la salud pública. El fenómeno comenzó a manifestarse en los grandes centros urbanos dentro de los establecimientos públicos y desde hace un tiempo, se extendió al sector privado.

En un principio, creíamos que el médico funcionaba como un mostrador que recibía reclamos ante las deficiencias del modelo de salud actual. Hoy en día observamos que también existen personas que expresan su brutalidad e irracionalidad ante las impotencias que la vida les presenta. La muerte existe. Pero no es el médico el que la facilita o produce: son las enfermedades las que durante años actuaron en este paciente y tal vez tampoco sus familiares hayan ayudado a su curación.

¿Qué habrá hecho por el señor fallecido su hijo al dar la primera trompada? Un médico no durmió quizás por asistir a su padre. ¿Qué malicia tendría el resto de su familia por propinar más agresiones? Más allá de este aberrante caso, esta vez ocurrido al Dr. Federico Dürig, entendemos que hay un grave problema social de fondo.

Instamos una vez más a las autoridades que tienen la responsabilidad absoluta de generar las condiciones adecuadas para no llegar a estos hechos a trabajar y poner en resguardo al que ayuda a nuestra sociedad a paliar los sufrimientos que las patologías desencadenan. Así como también, apelamos a que la Justicia genere las acciones necesarias para que estas personas violentas sean debidamente juzgadas.

Desde AMRA invitamos a todos los profesionales médicos a sindicalizarse para fortalecer al colectivo que está haciendo un gran sacrificio para disminuir las situaciones penosas que aparejan las enfermedades, y que en definitiva, sufrimos el castigo de una sociedad que no tiene cómo vehiculizar su ira y mucho menos herramientas desde el Estado para cambiar su realidad.

"DONDE HAYA UN MÉDICO TRABAJANDO, ESTARÁ EL SINDICATO"

 

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