Recientemente se denunció a través de los medios masivos la situación deficitaria que presentan los hospitales en lo estructural y en su equipamiento. El tema, a mi entender, se manejó nuevamente de forma sensacionalista y sólo con fines políticos. Digo “sensacionalismo” porque el derecho a la salud es una condición que debe ser tomada seriamente. Nuestro Sindicato viene denunciando estas irregularidades desde hace años en el ámbito que corresponde, que es el Ministerio de Trabajo provincial. Se ha hecho referencia a la situación en las reuniones paritarias y han quedado inscriptas en las actas. La pregunta debería ser ¿por qué no se mantienen o arreglan estos establecimientos?
Considero que la inacción de los distintos gobiernos en las últimas dos décadas han favorecido el deterioro de las estructuras edilicias por falta de mantenimiento. Los recursos humanos, ante enfermedad, jubilaciones, renuncias o muerte, no fueron reemplazados ni se sumaron nuevos cargos ante el aumento de la demanda de la población. En muchos hospitales la aparatología es obsoleta. En este contexto el trabajador se fue desgastando no sólo por trabajar con la enfermedad sino también contra los innumerables obstáculos que tiene que sortear para ejercer la profesión. La desidia es el denominador común en los establecimientos públicos.
La situación expuesta en el hospital Eva Perón del partido de San Martín, es solo una tarjeta de presentación de lo que ocurre en los 78 hospitales provinciales. La única respuesta que puede dar el empleador estatal en este caso es revertir esta cruda realidad. ¿Dónde se asisten nuestros funcionarios provinciales cuando tienen un problema de salud? ¿En un hospital público?
Dr. Carlos José Wechsler
Secretario de Prensa